El rey emérito

En los últimos meses no cejan de aparecer en prensa y TV noticias inquietantes sobre el rey emérito. Que si cobro de comisiones poco claras, regalos a amantes, uso de tarjetas de crédito opacas, etc. Lógicamente, la justicia tendrá que investigar todo esto y de encontrar indicios delictivos en alguno de estos asuntos, el rey emérito tendrá que responder ante ella. Al menos si queremos demostrar que en este país, la justicia es igual para todos.

Esta corriente de noticias, por supuesto, tiene muy contentos a los republicanos, pues ven en estas dudosas actuaciones de Juan Carlos razones para atacar a la monarquía y apostar por el cambio hacia una república.

Yo obviamente, no soy monárquico y preferiría vivir en una España republicana que en una monárquica, pero me preocupa la confluencia de estas noticias y mas cuando algunas de ellas (por ejemplo el cobro de comisiones) era ya bastante conocida (al menos en los círculos políticos y cercanos al ex-soberano). A veces, esta conjunción de información viene orquestada por quienes quieren desacreditar al país y sus instituciones.

Climas de opinión propicios para la degradación y el saqueo

Hay que recordar, por ejemplo, el clima de opinión que se creo en la crisis del 2008 con lo de llamarnos PIGS, o decir “que nos habíamos acostumbrado a vivir por encima de nuestras posibilidades”, con lo que de alguna forma pretendían justificar la ola de recortes y políticas de austeridad con las que nos han golpeado en la última década.

Antes de aplicar un saqueo, es conveniente crear un clima de opinión propicio y cualquier noticia que degrade nuestras instituciones, o mantenga abiertas y sangrantes heridas como la del “Proces”, es una excelente palanca de fuerza para extorsionar a nuestro gobierno y exprimir a nuestro pueblo para que asumamos las mermas o menores beneficios de un grupo de monopolistas e intereses hegemonistas.

La pandemia es una emergencia no solo sanitaria, también económica y social

Tal vez en esta ocasión esté equivocado, ojalá, pero me preocupa porque el COVID esta dejando de ser solo un emergencia sanitaria y se esta convirtiendo en una emergencia social y económica en la que parece se ha decidido que el estado asuma los costes a base de endeudarse hasta los topes. Pero el estado al final somos todos, y a todos nos tocará rascarnos el bolsillo como ya lo hemos hecho para rescatar a los bancos.

LORF